
Creo que a nadie en su sano juicio le agradan los funerales, esta semana asisití a uno por motivos que poco importan en este espacio. En medio de la confusión y el silencio me puse a pensar en cómo extrañamente la muerte tiene esa capacidad de reunir a las personas. Nunca he tenido una buena relación con mis primos, la verdad nunca los he sentido como cercanos y encontrarme de repente con ellos, a pesar de las circunstacias, me hizo segurime cuestionándome sobre lo mismo: ¿por qué la gente cambia tanto cuando crece? De repente todo mundo se vuelve hombres y mujeres de bien, en el sentido más espantoso de la palabra. ¿Crecer significa acaso volverse falso?, ¿aprender a pretender de que todo está bien, de que todo es maravilloso, de que tu vida es lo mejor a pesar de que dejaste a un lado todo lo que eras de los 18 a los 23?
Y si tu familia no está ahí para recordarte que los años se te vienen encima y que a los ojos de la sociedad no estás haciendo "nada" (ojo las comillas son necesarias, sobre todo en una sociedad donde se concidera que CREAR es una actividad poco productiva) están tus conocidos. Aquellos amigos que se volvieron parte del círculo vicioso y ahora andan por ahí presumiendo sus adquisisiones, su ropa, su MODO DE VIDA lejos de la chusma que es el resto. ¿Qué demonios sudece?

Estoy conciente de que no se puede ser joven para siempre, de que hay que adquirir responsabilidades y pelear por tener el estilo de vida que uno ambiciona, pero ¿y?.. ¿de qué sirve todo eso? tengo tanto miedo de que mi vida se esté convirtiendo en todo lo que no quiero. Ante las dificultades que he tenido para encontrar trabajo, las trabas universitarias que han impedido que me gradue, mis fallidos planes de irme al extranjero y mi propio tedio ante la vida me pongo a pensar que quizá nada de esto valga realmente la pena.
Si ser todo lo que sociedad te obliga a ser significa ser un desplazado, un perdedor... prefiero ser eso que un hombre frustrado que lleva una vida sin satisfacciones y que esconde el malestar con lujos innecesarios y amistades de cartón.
En fin, solo estoy emputado, decepcionado pero a la vez optimista y feliz.. mi experiencia me ha enseñado que es en los momentos más extremos es cuando la vida se siente en cada gota de lluvia..
les leo luego...
para Diego Tapia
R.I.P
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